Si usted hubiese adquirido una vivienda en Sud África en el año 1997 por 100,000 dólares el año pasado la hubiera podido vender por 451,000 dólares. Si lo hubiese hecho en Inglaterra, la hubiera vendido en 296,000; en España en 273,000; en Australia en 235,000 y en Estados Unidos en 202,000 Sin embargo, si usted compró una propiedad en Lima probablemente la hubiera vendido a menor precio del que pagó por ella. Recién este año los precios están retomando el valor que tuvieron hace 10 años después de haber caído hasta en un 30%. Claro, siempre podremos decir que si usted hubiese comprado una propiedad en Japón en 100,000 dólares en el año 1997, el año pasado lo hubiese podido vender solamente en 68,000
La plusvalía de las propiedades, es decir, el aumento del valor de una propiedad por motivos extrínsecos a ella, hace atractivo a las personas invertir. La plusvalía explica mucho del ciclo virtuoso del crecimiento de Estados Unidos de los últimos años porque al aumentar de valor sus propiedades los norteamericanos acudieron al sistema financiero a solicitar mayores créditos en proporción directa al aumento de su valor e invirtieron este dinero en nuevas propiedades que subieron de valor y así sucesivamente.
Pero en Lima no hubo plusvalía.
Claro que siempre podemos ver las cosas de una manera positiva. En Lima no subieron los precios pero hoy nos podemos comprar un excelente departamento de 120 m2 por 120,000 dólares en la mejor zona de Lima. Si quisiéramos hacer lo mismo en Mónaco tendríamos que pagar 3´900,000 dólares. Si, lo ha leído bien tres millones novecientos mil dólares. Bueno, si no le alcanza, podría entonces comprar uno en Londres en los distritos de Belgravia, Chelsea o Knightsbridge por 2´210,000 dólares. Si usted prefiere una ciudad de habla hispana podría comprarlo en Madrid a tan solo 624,000 dólares.
En este contexto nos parece muy buena la medida dada por el gobierno para reducir de 30% a 5% el impuesto a la renta de los alquileres de vivienda, Si mi propiedad no sube de valor, por lo menos no pierdo dinero si invierto en viviendas para alquilar y me alcanza para pagar la cuota hipotecaria con lo que recibo por el alquiler. De esta forma se incentiva la inversión en vivienda que tanta falta nos hace. Hay otras medidas pendientes, como el permitir deducir del impuesto a la renta los intereses hipotecarios que pagamos al adquirir una vivienda. Cosa común en casi todo el planeta.
¿Habrá plusvalía en el Perú de aquí para adelante? Si escuchamos a los extranjeros que están viniendo a invertir en bienes inmuebles parecería que sí. ¿En que otro país puede usted comprar una propiedad mirando al mar, a una cancha de golf o enclavada en un cerro con una preciosa vista a los precios que todavía gozamos?
¿Será el momento de orientar las ganancias bursátiles en bienes inmuebles? Pareciera que si a raíz de la moderada pero continua alza en los precios de los departamentos en zonas residenciales exclusivas de todo nivel económico. Los mejores terrenos para construir (las zonas tradicionales) se están agotando. Ya no es fácil conseguir terrenos frente al Golf, frente a algún parque o frente al mar en San Isidro, Miraflores, Surco o Barranco. Esto se puede apreciar en que los precios de los departamentos en estas zonas estén alcanzando los valores que tenían hace 10 años. Si a esto se le suma la continua mejora de nuestra economía, es decir, del poder adquisitivo de las personas, entonces tenemos un buen escenario. Naturalmente la labor de los alcaldes en preservar la calidad de las zonas residenciales (lo que no significa mantener el statu quo) para contribuir a preservar la plusvalía de las propiedades es esencial. Así mismo, todavía es necesario que la legislación en materia urbanística, de licencias y tributaria siga acompañando este crecimiento que tanto bien le hace al país. Recordemos siempre que por cada dólar que se invierte en construcción se inyectan dos más a la economía y se genera mucho empleo no calificado.
Datos de la revista The Economist febrero 3-9 y marzo 10-16, 2007
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