El momento oportuno para crecer

Los Griegos tenían dos tiempos: CHRONOS y KAIROS. Chronos es el tiempo con el que estamos más familiarizados, es el tiempo que se mide en segundos, minutos, horas, días y años. Kairos se traduce como «el momento justo». No se trata de la calidad del tiempo, sino de la cualidad de un instante determinado del tiempo, pero no cualquier instante, sino uno en concreto, el momento de la epifanía, el momento en que sabemos que estamos listos, que podemos tomar una determinación y llevarla a buen puerto, el instante preciso. ¿Es el momento oportuno o ya ha pasado?

Chronos es el tiempo que usamos en el mundo empresarial. Cuando se marca tarjeta en la mañana y al salir del trabajo por la tarde, lo que queda es el record del trabajo hecho en esas horas. A pesar de que casi siempre pensamos en el tiempo como Chronos, los más importantes y queridos  eventos de nuestra vida existen solo en el tiempo Kairos, solo cuando el tiempo es el correcto. Y a pesar que este tiempo no se puede planear o prever, quisiéramos poder hacerlo:

¿Cuándo deberé hacer tal o cual cosa?

¿Cuándo le digo que la quiero?

¿Cuándo se convierte un niño en hombre?

¿Cuándo se cumplirán mis planes?

Estas cosas no se pueden poner en un horario. Hay un tiempo para nacer y morir, para crear y amar. Sabemos reconocer cuando este tiempo ha llegado pero nunca podremos predecirlo.

Cuando Chronos remplaza a Kairos, nuestras acciones dejan de ser guiadas por nuestros valores y principios más trascendentes.

Lo urgente se impone y lo importante se diluye. Lo único que importa es llegar, aunque no se sepa a dónde ni para qué, o confundir el destino con la dirección.

Si agregamos un tercer elemento, la brújula, el raciocinio se completa. Esta nos conecta con un horizonte, con una dirección. Ya no solo el tiempo que pasa sino ¿Hacia dónde vamos?

Cuando tenemos un rumbo no nos desvive la urgencia, nuestra vista está en la brújula, no en el reloj.

El reloj nos sustrae del más rico de los aprendizajes, el que conduce a la sabiduría, el aprendizaje que nos hace florecer, el que abre puertas interiores.

Llegar a un destino es la consecuencia de haber viajado. En el viaje está la riqueza, en lo que ocurre durante, mientras.

Desde este punto de vista, la brújula importa más que el reloj mientras la aguja señale el norte, iremos saboreando nuestras experiencias.

Cuando los medios (dinero, éxito, poder, posesiones, relaciones) empiezan a desplazar a los fines, el reloj termina expulsando a la brújula, nos volvemos adictos de lo urgente y nos perdemos.

Kairos es también un “insight”, el momento de la introspección. Es el tiempo de renovar nuestras convicciones y avizorar el futuro que nos merecemos. Es el tiempo que queremos vivir.

Empezamos un nuevo año, una nueva década, el Perú está en un momento expectante, está caminando hacia el norte, está en el camino correcto. Es el momento de afirmar nuestras convicciones y vivir el tiempo del progreso para todos.

Hoy es el momento oportuno, la crisis pasó, aprovechemos la oportunidad de crear un país desarrollado.

Textos sacados de artículos de Álex «Atanvarno» Ruiz, Lic. Felipe de Jesús Rodríguez y Gordon Atkinson