Debemos ser cautos pero no paralizarnos

Ahora sí estoy convencido que los peruanos no queremos dejar de ser tercermundistas. Después de más de un lustro de crecimiento constante y por causas exógenas a nuestra economía el Perú se ve envuelto en un torbellino mundial en medio del cual las economías de los grandes países desarrollados afrontan una de sus peores crisis. La quiebra de muchas de sus más importantes instituciones financieras ha desencadenado una ola de situaciones de insolvencia de muchas otras y amenaza con expandir sus consecuencias a la economía real. La magnitud de la crisis todavía no es conocida. Lo que podemos observar, sin embargo, es que todas las medidas que hasta el momento han tomado los gobiernos de las principales 7 potencias mundiales (G7) han sido hasta el momento insuficientes. Leía hace poco, como ejemplo del tamaño del problema, que los activos de los principales bancos londinenses son 04 veces el PBI inglés. Lo que significa que una capitalización del 5% (de los activos) de estos bancos significa el 20% del PBI total.

En medio de esta crisis de la economía mundial, de la cual nos hemos beneficiado todos estos años, el Perú no sufre de ninguna de las deficiencias que la han originado. No tiene un sector inmobiliario sobre preciado, no tiene un sistema bancario excesivamente apalancado, los peruanos no estamos sobre endeudados, pero sí al igual que hemos gozado de la bonanza mundial en las buenas épocas, ahora también sufriremos las consecuencias de la crisis internacional. ¿Cuánto? No sabemos. Lo que sí sabemos es cómo afrontar la crisis, si sabemos cómo seguir creciendo, sí sabemos que para sostenernos en medio de la tormenta debemos estabilizar lo más posible nuestra economía, debemos seguir atrayendo capital peruano y extranjero, debemos seguir con las reformas laborales pendientes, debemos seguir reforzando la institucionalidad del país. Debemos ser más cautos sí, pero no paralizarnos.

Debemos seguir con los tratados de libre comercio con más países del mundo para diversificar nuestra economía y ser más inmunes a las crisis. Debemos reforzar el mercado interno, debemos en suma hacer muchas cosas para dar la imagen de un país donde los inversionistas puedan confiarnos sus dineros, único camino al desarrollo y a la generación de empleo.

Pero no, en vez de ocuparnos de esas cosas estamos peleándonos unos contra otros. Huelga de médicos, paros sindicales, protestas regionales, etc. Siempre hemos culpado a la izquierda de querer boicotear al país, pero hoy estamos presenciando que más belicosa que la izquierda es la misma derecha. No encontramos una voz reflexiva y serena en el Parlamento Nacional que en vez de coadyuvar a la estabilidad del país más pareciera que quiere incendiarlo. No está muy lejana la época en que la Sociedad Civil tuvo que salir a defender la democracia, la estabilidad y el respeto mutuo entre los poderes del Estado. ¿Será el momento de hacer lo mismo?

No perdamos lo que con tanto esfuerzo hemos logrado. Dejemos de lados intereses particulares y pongamos el hombro para apoyar el desarrollo social y económico de nuestro querido país.